LA VIDA ES UNA COLECCIÓN DE CONOCIMIENTOS

Sello mis ojos fuertemente, golpeo suavemente mi cabeza tres veces contra la pared, aprieto mis dientes y bloqueo todas mis conexiones con el universo; dentro de mi cabeza el caos que se ha creado, es algo que ni Galileo, ni Aristóteles, ni Demócrito, ni la ciencia, ni nadie, puede explicar. Emociones, sensaciones, percepciones, pensamientos, neuronas, electroquímicos y todos esos elementos y esas cuestiones que uno tiene en la cabeza y el cerebro, están chocando y destruyendo de a poco todo mi sistema límbico; mi conciencia y mi mente están más destrozadas que el pueblo de Armero, es más, creo que todo el polvo de estrellas del que estoy compuesto ha desaparecido de mí.

Tras una noche desajustada, omitiendo detalles de seis o casi siete horas que trascurrieron intentando dormir, al fin llego a ese espacio donde la vida se convierte en sabiduría y conocimiento.

Siendo aproximadamente las 8:20 AM, mi brazo se mece enérgicamente de arriba hacia abajo tras un fuerte apretón de manos que parece tambalear todo mi plano galáctico; como es de costumbre, el marica de buso azul me da la bienvenida al recinto de clase con la mejor vibra y energía, reconfortando de una u otra manera el desorden mental con el que había llegado a clase.

El hilo de las buenas relatorías se seguía tejiendo a medida que Ana Castro narraba su texto; un escrito sustancioso y bien redactado, que sin duda alguna dejaba al siguiente relator en una posición complicada para seguir tejiendo este hilo. Al terminar de leer, Bermúdez pide que asigne una persona para realizar la siguiente relatoría; intento mirar a la nada evitando ser yo, pero mi mirada inconscientemente choca con la suya, y sin pensarlo dos veces, aquella mujer de falsos cabellos rojos me tira a la hoguera para continuar con esta ardua labor.

Harold Lasswell, Noam Chomsky y Canclini son los teóricos que emergen de las exposiciones de los compañeros para explicarnos de manera creativa y movilizadora el poder de la comunicación. Bermúdez como principal movilizador pero sin ser teórico, nos insiste de manera áspera pero sincera que somos comunicadores para transformar y movilizar; “que todo lo que pase por mí se transforme”, ley primordial que repite cada clase para que nos desenvolvamos como verdaderos comunicadores y dejemos de ser tan cuadriculados.

El lenguaje no es inocente, menciona Bermúdez mientras babea un tinto frío de hace más de dos horas. A eso iba, hacer entendernos que nuestra principal virtud como comunicadores, es nuestra habilidad con el lenguaje, nuestra proyección, seguridad y estética con la que transgredimos, construimos y transformamos todo lo que pasa por nosotros. Luego, desprende de su agenda, el tema de los imaginarios, aclarando que estos se construyen a partir de ritos, mitos y símbolos, y dándonos a conocer su importancia en cuanto a la edificación de nuestro ser profesional.

Y así es, respiramos comunicación… comunicación para manipular pensamientos y emociones, comunicación para organizar y transformar a la sociedad, comunicación para transportar expresividad y ampliar la mente y el espíritu, comunicación para acabar con los secretos, comunicación para potenciar nuestro nivel humano, comunicación para observar, escuchar, vivir y recuperar todo ese polvo de estrellas del que estamos compuestos.

Me creo comunicador todo el tiempo y mi vida es una colección de conocimientos…

 

Óscar Hurtado López 

Escribir con el alma

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